sábado, 25 de junio de 2011

My closet, my soul


Es necesario ordenar el placard.
Mi placard es como mi alma, donde materializo mi relación con ella,
es decir, le meto mato, la toco, le doy espacio, la desordeno,
 también a veces la perfumo.
Ordenar mi placard es ordenar mi alma.
Cuando alguna prenda  nueva irrumpe en el, debo hacer espacio,
 nunca he podido dejarla ahí sin presentación previa.
 Como si ante lo nuevo lo demás se tiene que acomodar.
Hay veces  que me despojo de casi todo, simplemente lo dono,
porque me aburro bastante enseguida de las cosas.
Otras que alejo cosas de mi vista, pero se que aun están.
 Me gusta saber que están.
(A veces no tengo claro en que cajón metí la pasión, tan desprovista de ella estoy
que no se si la presté, la regalé, se fue entreverada con otras prendas...no sé).
A veces recuerdo y quiero rescatar aquello que seguramente en un arrebato de espacio
regalé sin culpa,o con la esperanza de encontrar algo mejor,
 y me viene la nostalgia de aquella “yo” que lo usaba.
 Trato de acordarme como era en ese entonces.
Por momentos quisiera haber puesto en un placard alterno todas esas prendas que fui,
que me llevaron a mi…
los pantalones rojos, las boinas revolucionarias, las camperitas de jeans
gastadas,  la remera “ the Doors”, los estampados locos, las que nunca combinaban.
Nada mas para mirarme, seguro ya no quepa en ellas  y no por los kilos,
 sino por los años, porque seguro mi alma de hoy no cabe en la que era.
La de hoy tiene otros rincones que no se bien que ha de colocarse allí,
que nada le viene bien, que no me queda cómodo en ese lugar.
 Guardo caravanitas, dijes, pulseras, accesorios que aun no se porque los conservo, pero están.
 Será que…aún no he definido el valor de algunas cosas,
   y por temor a arrepentirme no las he querido abandonar. 

                                                                    Virginia Dsvn



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